Las quemaduras y sus consecuencias

 

Nadie presta mucha atención a un riesgo del cual desconoce casi todo. Por eso el primer paso para lograr una adecuada prevención de un determinado riesgo, como por ejemplo las quemaduras, es conocer la gravedad del mismo.

En tal sentido, debemos señalar que las quemaduras pueden llevar a la muerte de una persona. Sin llegar a ese extremo, hay estadios intermedios que también puede provocar graves consecuencias y hasta amputaciones de extremidades, que dejen inválido a un trabajador así accidentado.

Para tomar conciencia de los riesgos que se corren frente a posibles quemadoras, y promover una actitud preventiva eficaz, conviene visualizar las lesiones que puede recibir un trabajador accidentado por quemaduras, tan comunes en la industria Hotelera y gastronómica.

La gravedad de las quemaduras dependen de tres factores: su profundidad, su extensión y la zona afectada.

Respecto de su profundidad, por lo general se admiten 4 niveles de gravedad, que en orden ascendente son:

 

Quemadura de Primer Grado

 

Esta quemadura interesa solo la capa superficial de la piel, la cual presenta un enrojecimiento considerable, cierta hinchazón y duele al ser tocada aunque sea suavemente.

Es característica de este tipo de quemaduras, el intenso ardor que sufre el accidentado en la zona afectada

 

                                                           

 

Quemadura de Segundo Grado

Estas quemaduras traspasan la primera capa de la piel, y dañan la segunda, llamada dermis.

Presentan un fuerte enrojecimiento, ampollas de agua, posible pérdida de parte de la piel, supuración de líquidos, y fuerte dolor.


                                           

  Quemadura de Tercer Grado

Este tipo de quemadura es particularmente grave, penetra todo el espesor de la piel, y destruye el tejido. Puede verse comprometida la regeneración de la piel.

Con frecuencia las lesiones producidas por esta quemadura son indoloras pues los nervios quedan inutilizados. La piel se ve seca y acartonada, con manchas blancas, marrones o negras.

 

Puede presentar rotura de piel con grasa expuesta.


                                                       

 


Quemaduras de Cuarto Grado 

Esta quemadura es extremadamente grave, pues daña todas las estructuras de la zona afectada, como ser piel, músculos, nervios, vasos sanguíneos y huesos. En casos extremos puede desembocar en la perdida de alguna extremidad como consecuencia de la destrucción total de la parte afectada.

                            


La vida corre peligro cuando este tipo de quemadura afecta órganos vitales

Pero como dijimos, la gravedad de las quemaduras no solo se deben a la profundidad que alcanza el deterioro de los tejidos, sino también, a la extensión de la superficie afectada y a la zona en que se encuentra la quemadura.

El cuerpo humano a través de su piel, interactúa con el medio ambiente intercambiando con él gases, vapores y líquidos, estableciéndose un equilibrio necesario para la vida.

El deterioro de la piel por quemaduras, reduce la superficie de transferencia de estas sustancias y por consiguiente el intercambio mencionado se ve afectado, deteriorándose seriamente el metabolismo del cuerpo. De allí la importancia que tiene la extensión de la superficie corporal quemada (SCQ)

En términos muy generales se admite la siguiente clasificación de la gravedad de las quemaduras de acuerdo a su extensión:

Quemaduras leves: SCQ menos o igual a 15% de la superficie del cuerpo

Quemaduras moderadas: SCQ entre el 15% y el 25%

Quemaduras graves. SCQ entre el 25% y el 50%

Quemaduras mortales: SCQ mayor al 50%.

Finalmente, la zona quemada también influye en la gravedad de la quemadura, siendo la cara, boca, orejas, garganta, ojos, y genitales las zonas que aumentan la gravedad de la quemadura sufrida.

Nadie puede determinar antes que se produzca, cuan grave ha de ser una quemadura, por eso hay que adoptar en todo momento una conducta segura cuando se trabaja con fuego, elementos calientes o sustancia fuertemente ácidas o fuertemente alcalinas, a fin de evitar que dichos elementos tengan la más mínima posibilidad de dañar cualquier parte del cuerpo, ya que si fallan los cuidados que adoptemos y se produce el accidente, sus consecuencias escaparán siempre a nuestro control.

 

 

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