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Las Tres Razones que Alimentan a los Accidentes Laborales y a las Enfermedades Profesionales

Pese a los estudios, conocimientos y experiencias acumulados a través de los años sobre todo tipo de accidentes y enfermedades laborales, estos hechos desdichados siguen estando presentes en los lugares de trabajo, y todo parece indicar que “gozan de buena salud”.

¿Cuál es la razón para que así suceda?

De la experiencia recogida a través del tiempo, surgen tres factores que alimentan permanentemente la presencia de estos indeseables acontecimientos.

Nos estamos refiriendo a

* EL DESCONOCIMIENTO

* LA AUTOSUFICIENCIA

* EL DESAPEGO A LAS NORMAS DE SEGURIDAD

EL DESCONOCIMIENTO

“Nadie nace sabiendo”, reza un antiguo y conocido refrán popular, lo que significa que las personas debemos aprenderlo todo, desde alimentarnos, higienizarnos, estudiar, trabajar y cuidar nuestra salud, entre otras cosas.

Precisamente, respecto del trabajo, por lo general aprendemos sus aspectos técnicos y dejamos en un segundo plano, sin prestarles mucha atención, a los riesgos, que asumimos, según trabajemos de una u otra forma, según el tipo de elementos y materiales que usemos, y según su estado de conservación y mantenimiento.

Conocer los riesgos que se asumen y prevenir sus consecuencias, es el primer paso para alejarnos de cualquier accidente.

Sin embargo es muy frecuente observar, que tanto empresarios, jefes y trabajadores, suelen desconocer los principios básicos de la higiene y la seguridad laboral.

Con el convencimiento de que la capacitación y concientización de los trabajadores, es un factor fundamental en la prevención de riesgos del trabajo, la UTHGRA, a través del IHG, brinda año tras años a los trabajadores hoteleros y gastronómicos de todo el país, cursos especializados y gratuitos, que tienen la finalidad de acercar a los mismos, los conocimientos necesarios para ayudarlos a preservar su salud en los lugares de trabajo.

Para lograr que estas acciones sean realmente efectivas, es necesario contar con el decidido a poyo de empresarios y trabajadores, sin el cual todo esfuerzo en este sentido resulta estéril

Estamos convencidos como lo demuestra cabalmente la experiencia, que sin una clara concientización y capacitación, de unos y otros en temas de seguridad, resulta casi imposible erradicar los accidentes y las enfermedades profesionales en los lugares de trabajo.

LA AUTOSUFICIENCIA

Este es otro factor que contribuye significativamente a que se produzcan accidentes y/o enfermedades profesionales.

En efecto, la remanida creencia de que “a mí no me va a ocurrir”, es el mejor pasaporte para lograr un accidente.

La habitualidad, la experiencia y la destreza, suelen resultar una trampa, ya que hacen que tanto los trabajadores como sus jefes, crean que por contar con esas virtudes, están exentos de sufrir un accidente.

Nadie es lo suficientemente experto y hábil como para darse el lujo de realizar un trabajo en forma insegura, pues nadie está libre de sufrir una distracción, o hacer un mal movimiento capaz de originar un accidente.

La autosuficiencia lleva a muchos trabajadores a desechar el uso de los elementos de protección personal requeridos por la tarea que realizan, y a no pocos empresarios a omitir proveerlos a su personal y exigir su uso en forma sistemática.

Un ejemplo muy ilustrativo de esta perjudicial actitud en la gastronomía, es la práctica repetida una y otra vez de empujar la carne en una picadora sin utilizar en empujador correspondiente y hacerlo directamente con la mano.

La máquina no distingue entre la carne a picar y los dedos del trabajador desaprensivo y autosuficiente. Tarde o temprano, el accidente es inevitable

La autosuficiencia, lastima, hiere y hasta puede llegar a matar.

EL DESAPEGO A LAS NORMAS DE SEGURIDAD

En nuestro medio, este factor está presente permanentemente en nuestra vida diaria, y casi podríamos decir que se trata de un estilo de vida. Basta con caminar por nuestras calles para observar el poco apego a las normas de seguridad en el tránsito, no solo por parte de los automovilistas sino también de los peatones, cualquiera sea su edad y nivel de educación.

Lo mismo ocurre en las casas de familia, clubes, colegios, etc. Por eso es tan frecuente observar, conductas imprudentes en los lugares de trabajo.

En este caso, el principal responsable es el empresario, ya que como es sabido, la mayoría de los establecimientos carecen de normas escritas de higiene y seguridad en el trabajo, y en muchos casos el estado y mantenimiento de las instalaciones, no es el más propicio para lograr un ambiente de trabajo seguro.

A eso se suma que como consecuencia del marco cultural a que hicimos referencia más arriba, el trabajador suele no adoptar conductas seguras para realizar su trabajo, aún en los casos en donde el establecimiento cuenta con normas precisas de seguridad.

Resulta indispensable en este sentido, que empresarios, jefes y trabajadores pongan su mejor empeño en establecer normas de seguridad, asegurando su cumplimiento, para contribuir así, a través de un trabajo mancomunado, a evitar accidentes y enfermedades profesionales que a nadie benefician, y muy por el contrario, son causa de sufrimiento humano, pérdidas económicas y caída de productividad, debiéndose destacar que en cada accidente, el que lleva la peor parte es el trabajador, pues en ellos, es su salud o su vida lo que está en juego.

Finalmente no podemos dejar de destacar, como lo hacemos en cada oportunidad que se nos presenta, que los accidentes y enfermedades profesionales son evitables y no resultan inherentes al trabajo en sí, sino son la consecuencia de la forma y de las condiciones en que se trabaja.

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