RECOMENDACIONES

Uso Racional del Agua

Para muchas personas, especialmente para aquellas que desde siempre cuentan con un servicio público de aguas corrientes, puede resultar extraño hablar del uso racional del agua.

Sin embargo, el cuidado del agua resulta un asunto prioritario a nivel mundial, pues si bien es cierto que el 70%  del planeta está cubierto de agua, sólo el 3% de la misma es “agua dulce”, es decir apta para el consumo humano, la agricultura, la ganadería, la industria y el desarrollo de la flora y la fauna de nuestro planeta.

Sin el agua no es posible ninguna forma de vida orgánica, esa es nada más ni nada menos la importancia de este vital elemento.

El agua, a diferencia del aire, no está siempre disponible en los lugares, en las cantidades, y en el momento en que la necesitamos. Para lograr eso, se requiere construir instalaciones y llevar adelante procesos  que requieren inversiones, trabajo, y energía, la que lamentablemente en muchos casos impacta negativamente en el medio ambiente.

En efecto, el agua dulce se encuentra localizada en ríos, largos, lagunas, ríos  subterráneos etc., de donde debe ser extraída, transportada por cañerías a plantas potabilizadoras, sometida a varios tratamientos para purificarla, almacenarla y finalmente distribuirla a los domicilios de la población a abastecer,

No parece difícil comprender que todo lo dicho origina costos, pero lo que muchas veces no se advierte,  es la afectación negativa que el consumo de la energía que requieren estos procesos produce en el  medio ambiente.

Cada paso enunciado anteriormente, desde la extracción del agua de su reservorio natural, hasta su distribución para los distintos usos, consumen energía eléctrica. En muchos países y la Argentina es uno de ellos, la generación de esta energía se obtiene en gran proporción por la combustión de combustibles fósiles, cuyos gases resultantes son responsables del efecto invernadero que tanto afecta a nuestro planeta.

En consecuencia y resumiendo todo lo dicho, el uso racional del agua se justifica por varias razones; en primer lugar, para no desperdiciar un recurso esencial para la vida y de escasa disponibilidad,  en segundo lugar para reducir la contaminación ambiental evitando potabilizar agua que al final se desperdicia, y en tercer lugar, para reducir los gastos de inversión y de operaciones a lo estrictamente  necesario, y poder destinar recursos económicos a fines más útiles como la educación o la sanidad.

Aclarada la cuestión por la cual es necesario usar racionalmente el agua potable, tanto los empresarios, los trabajadores y el Estado, como cada uno de nosotros en forma individual, podemos hacer mucho para evitar su despilfarro.

En ese sentido también la industria hotelera y gastronómica puede contribuir a estos fines, haciendo un uso sistemático de las  buenas prácticas para el uso racional del agua potable.

Veamos a continuación algunas medidas que podemos adoptar en nuestra rama de actividad para contribuir a usar racionalmente el agua potable:

  1. Evitar la pérdida de agua por el mal cierre o deterioro de grifos y canillas. Vale tener presente que algunos estudios establecen que una sola canilla que gotea puede perder hasta 80 litros de agua por día o sea, 2400 litros por mes, lo que equivale a 28.800 litros por año.
  2. Evitar pérdidas de agua en inodoros o mingitorios, donde las cantidades derrochadas son aún mucho mayores.
  3. Racionalizar el uso de agua para el lavado de la vajilla
  4. Utilizar los lavarropas completando la carga o la media carga, para un mejor aprovechamiento del agua.
  5. Reparar en forma inmediata cualquier rotura de caños o accesorios de la instalación de agua potable, por pequeña que sea la pérdida.
  6. Regar parques y plantas después de la caída del sol, para evitar la evaporación del agua y aprovecharla mejor para la humidificación de la tierra.
  7. Instalar inodoros con doble descarga, a efectos de usar menor cantidad de agua para evacuaciones liquidas respecto de la necesaria para evacuaciones sólidas.
  8. Purificar aguas servidas para uso de inodoros y riego. En este último caso se deberá cuidar que el agua obtenida no contenga elementos perjudiciales para las plantas y la tierra.
  9. Distribuir folletos en las habitaciones de los hoteles referidos a las ventajas que para las personas y para la comunidad en general, tiene el adecuado uso del agua potable.

Evitar del desperdicio del agua potable es una responsabilidad social que nos compete a todos

 

                                                                           Ing. Mario Alfredo Bianchi

                                                       Director del Dpto. Higiene y Seguridad en el Trabajo

 

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